lunes, 8 de julio de 2013

Parto Humanizado

¯ Historia de los partos humanizados


El parto no siempre estuvo, como lo asociamos ahora, en manos de los médicos. Ellos han tenido dos actitudes: hacerlo pasar por la “clínica” (palabra que viene del griego Klinos, que significa cama, y razón por la cual acuestan a las mujeres para parir, lo que complica todo por causas obvias como la gravedad). Por otro lado han tenido la delicadeza de reconocer cuando los partos estaban en manos de las comadronas o parteras, y la elección de espacios no demasiado iluminados, con el cuidado de la persona y la presencia del padre (por lo general, en la cabecera de la cama, apoyando a la madre y para “no impresionarse”). Sin embargo, aún faltan muchos escalones para volver a las raíces y todos los beneficios que de allí se pueden sacar.
Una simple indagación “antropológica” permitió descubrir que las mujeres consideraban indispensable para sus partos el hecho de que la placenta pudiera ser enterrada. De allí en adelante se instituyó en el hospital la entrega de la placenta para que las mujeres la llevaran a su domicilio y la pudieran enterrar después del parto. Así y todo, los temidos partos domiciliarios no han sido erradicados. ¿Por qué será? ¿Qué ventajas indudables otorga el parto en la propia casa?

Los programas maternos infantiles fueron el puntapié para el inicio de muchos programas de salud orientados a disminuir las dramáticas tasas de mortalidad infantil de países en desarrollo. La movida de los derechos sexuales y reproductivos puso sobre el tapete algunas cuestiones que estaban ya instaladas en pueblos aislados hace miles de años. Michel Odent es uno de los tantos autores que han logrado inmiscuirse en los intersticios de las prácticas ancestrales y recuperarlas para realizar lo que se ha denominado últimamente “parto humanizado”. La escuela francesa siempre ha sido la que más se ha interesado en estos temas, por ejemplo con libros de hace un par de siglos como es “Histoire des accouchements dans tous les peuples du monde”.

¯ Humanizar el Parto






  


En pleno momento de hiperespecializaciones médicas y de avances tecnológicos galopantes, representa un desafío volver a las fuentes con algunas prácticas que no son sólo un objeto de perfeccionamiento médico o de reducción de mortalidad (ésta inspira los avances a la vez que los planes materno infantiles…)
La humanización del parto, como vemos, lamentablemente no está dada por sí misma, sino que es un proceso que es necesario hacer. Y se trata de un compromiso de la esfera científica a la vez que una decisión de la futura familia, que se hará cargo de ser protagonista de su verdadero nacimiento, justamente como familia.
La medicina oficial nos inculca valores de respeto de los resultados, los números y demás cuestiones de estándares: lo que es más homogéneo, mejor. Pero está ya comprobado hace tiempo que la naturaleza también tiene diferentes tiempos en cada mujer y cada embarazo. Hay embarazos que duran 33 semanas y el bebé ya está maduro, y otros que duran hasta 39…

Muchas mujeres que han realizado un parto con este tipo de reflexiones en conjunto con el equipo de salud en las entrevistas han testimoniado que el momento del parto, en lugar de ser un evento doloroso, ha sido placentero hasta el punto del clímax!

Hoy en día es imposible negar los avances y ventajas de la medicina con respecto a la prevención y toda la información que disponemos sobre el cuidado del embarazo. La idea de humanizar el parto es combinar toda la información posible sobre prevención (que es información general, homogénea, sobre todas las mujeres, como por ejemplo los nutrientes necesarios, el cuidado del peso, que sí se puede respetar el estándar). Y los seguimientos ecográficos dan lugar a pronósticos muy precisos y útiles. El punto es ver cuánto nos quedamos con eso en los controles pre parto y cuánto lo combinamos con otras tecnologías más antiguas.

Por ejemplo, antes no existía la ecografía pero la comadrona podía diagnosticar la posición del feto para el parto, si estaba de cabeza o de patas para abajo. Y en conjunto con esta diferenciación, una serie de masajes permitía a la partera el acomodamiento de la posición antes de parir.
Combinar estos adelantos con el saber ancestral, el respeto a la cultura del paciente, y un cuidado con base en el amor, hará que el parto sea un momento mágico y, sobre todo, con una menor cantidad de complicaciones. Porque no tenemos que olvidar que el estrés exagerado produce efectos no deseados, como por ejemplo una inhibición de la secreción de la oxitocina por parte del aumento de la adrenalina del estrés, con lo cual se genera la posibilidad de un sufrimiento fetal por un parto más largo. Así que esto, sólo como uno de los ejemplos, bastaría para realizar este tipo de abordajes con más frecuencia, en todos los centros sanitarios.

Eso por no mencionar las consecuencias psicofísicas de un parto traumático. Las descompensaciones de cuadros psicológicos y psiquiátricos en la madre (depresión puerperal, psicosis puerperal) son más frecuentes con los partos traumáticos o embarazos no deseados. Pero el no deseo tampoco marca el punto final del trabajo de humanización del parto, sino quizás el comienzo de una aventura, del encuentro del equipo de salud con la problemática de la mujer.

¯ El Parto Humanizado










El parto y el nacimiento humanizado se fundamenta en la valoración del mundo afectivo-emocional de las personas, la consideración de los deseos y necesidades de sus protagonistas: madre, padre, hija o hijo y la libertad de las mujeres o las parejas para tomar decisiones sobre dónde, cómo y con quién parir, en uno de los momentos más conmovedores de su historia.
Lo opuesto es el proceso de medicalización habitual en el que el destino de la mujer y su hijo está sujeto a procedimientos de intervención rutinarios que no consideran las diferencias y especificidades individuales, transformando en violentas las actitudes asistenciales.
¯ ¿Qué significa parto humanizado?
 
 






1.    *Reconocer en padres e hijos a los verdaderos protagonistas.
2.    *No intervenir o interferir rutinariamente en este proceso natural, no habiendo una situación de riesgo evidente.
3.    *Reconocer y respetar las necesidades individuales de cada mujer/pareja y el modo en que desean transcurrir esta experiencia (en una institución o en su domicilio).
4.    *Respetar la intimidad del entorno durante el parto y el nacimiento.
5.    *Favorecer la libertad de posición y movimiento de la mujer durante todo el trabajo de parto (parto en cuclillas, en el agua, semisentada, o como desee).
6.    *Promover el vínculo personalizado entre la pareja y el equipo de asistencia profesional.
7.    *Respetar la necesidad de elección de la mujer de las personas que la acompañarán en el parto (familia, amigos).
8.    *Cuidar el vínculo inmediato de la madre con el recién nacido, evitando someter al niño a cualquier maniobra de resucitación o exámenes innecesarios.

¯ La ley de parto humanizado


Ley de Parto Humanizado. Nro 25.929
“Derechos de Padres e Hijos durante el Proceso de Nacimiento”

Ä  ARTICULO 1º Garantiza
Ø  Su vigencia en el ámbito público como privado de la atención de la salud en el país.
Ø  Las obras sociales regidas por leyes nacionales y las entidades de medicina prepaga deberán brindar obligatoriamente las prestaciones establecidas en esta ley, las que quedan incorporadas al Programa Médico Obligatorio.
Ä  ARTICULO 2º Toda mujer, en relación con el embarazo, el trabajo de parto, el parto y el postparto, tiene derecho:
Ø  A ser informada sobre las distintas intervenciones médicas, de manera que pueda optar libremente.
Ø  A ser tratada con respeto, de modo personalizado y que se garantice su intimidad.
Ø  A ser considerada, como una persona sana, de modo que sea protagonista de su propio parto.
Ø  Al parto natural, respetuoso de los tiempos biológico y psicológico, evitando prácticas invasivas.
Ø  A ser informada sobre la evolución de su parto, el estado de su hijo o hija.
Ø  A no ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación, salvo consentimiento por escrito.
Ø  A estar acompañada por una persona de su confianza y elección.
A tener a su lado a su hijo o hija durante la permanencia en el establecimiento sanitario.
Ø  A ser informada, desde el embarazo, sobre los beneficios de la lactancia materna y recibir apoyo para amamantar.

Ä  ARTICULO 3º Toda persona recién nacida tiene derecho:
Ø  A ser tratada en forma respetuosa y digna.
Ø  A su inequívoca identificación.
Ø  A no ser objeto de investigación o docencia, salvo consentimiento escrito de sus representantes legales.
Ø  A la internación conjunta con su madre en sala.
Ø  A que sus padres reciban asesoramiento e sobre los cuidados para su desarrollo y su plan de vacunación.

Ä  ARTÍCULO 4º El padre y la madre de la persona recién nacida en situación de riesgo tienen derecho:
Ø  A recibir información comprensible y suficiente sobre la evolución de la salud de su hijo o hija.
Ø  A tener acceso continuado a su hijo o hija mientras la situación clínica lo permita.
Ø  A prestar su consentimiento por escrito para cuantos exámenes o intervenciones se quiera someter al niño o niña con fines de investigación, bajo protocolo del
Ø  Comité de Bioética.
Ø  A que se facilite la lactancia materna de la persona recién nacida.
Ø  A recibir asesoramiento sobre los cuidados especiales del niño o niña.

Ä  ARTICULO 5º
El incumplimiento de las obligaciones emergentes de la presente ley por parte de las obras sociales y entidades de medicina prepaga, como así también el incumplimiento por parte de los profesionales de la salud y sus colaboradores, y de las instituciones en que estos presten servicios, será considerado falta grave a los fines sancionatorios, sin perjuicio de la responsabilidad civil o penal que pudiere corresponder.

¯ Partos humanizados, una forma diferente de llegar al mundo

Estos nacimientos se producen en la intimidad del hogar con una activa participación de los padres.
"Fue una experiencia maravillosa que no se compara con nada”, dijo una mamá que dio a luz de esta forma.


Si se toma como principio fundamental que las mujeres tienen el derecho de elegir dónde quieren dar a luz, en companía de quién y en qué lugar, el parto humanizado es un modelo de asistencia que trata de recuperar el protagonismo de la futura mamá. En la mayoría de los casos estos nacimientos se dan en la casa para lograr una mayor intimidad.
Una de las características principales de los partos humanizados es que las mujeres reciben al bebé ni bien nace, los ponen en el pecho y son los papás los encargados de cortar el cordón umbilical en forma tardía, por lo que la criatura no está obligada a respirar en forma inmediata y brusca.

Luego de asistir a reuniones con mujeres que habían tenido familia de esta forma, María Thompson decidió tener a Pedro en una habitación de su casa. "Fue una decisión fuerte que tuvo que ver con toda la familia, una experiencia maravillosa que no se compara con nada”, comentó.

Su parto duró aproximdamente 12 horas y cuando comenzó con los trabajos previos, María se metió en la bañadera de agua caliente para calmar los dolores. “Caminé por la casa, tenía ganas de bailar, de saltar, de correr, me venían impulsos que no pensaba que me iba a sentir", agregó.
Carlos Burgo -obstetra y ginecólogo que desde hace 25 años se especializa en este tipo de partos- opinó que esta forma de parir se opone a la práctica médica que en obstetricia marca que los partos se conducen artificialmente, no duran más de dos o tres horas, se hacen inducciones y en los que se monitorea a la madre de manera electrónica. “Las mujeres están condenadas a la inmovilidad. Con la anestesia peridural están acostadas y pierden la manera de ver el nacimiento de su hijo", expresó.
En el parto humanizado, en cambio, la mujer llega a la fecha determinada por la biología, empezará con su parto de manera espontánea y el médico y la partera la acompañan y cuidan del proceso. La mujer puede seguir el progreso en su casa, pero si algo hace sospechar que la situación no está bien, se traslada a un centro asistencial para tomar todos los recaudos posibles.
Alejandra Mazzeo -partera que hace desde hace cinco años asiste en este tipo de partos- expresó que la diferencia con un parto normal es que se involucra afectivamente con las parejas. "Conocés la historia, la familia, su vida actual y te metés en su intimidad en el momento del parto".
En cuclillas, semisentadas o en cuatro patas
Muchas mamás dan a luz en unos bancos especialmente construídos en madera que imitan la forma del inodoro y permite mantenerse en la posición de cuclillas sin que la mujer se canse, ya que al ser de poca altura les permite estar sostenidas por el suelo.
Otras mujeres, en cambio, prefieren colocarse semisentadas o en cuatro patas.
Burgo –autor del libro Parir con pasión- aclaró que si las mamás son hipertensas o diabéticas no es aconsejable que tengan sus hijos en sus casas ya que esos embarazos son considerados de alto riesgo.
Cansada de la espera y la mala atención que recibió en la búsqueda que realizó entre diversos obstetras de su obra social, Verónica Dimichelle –motivada por una amiga- decidió investigar sobre los partos humanizados. “Para mí fue abrir una puerta de la que ya no pude volver atrás porque me enteré de la verdad”, confesó.
Esa verdad que descubrió Verónica tiene que ver con el respeto a la mujer y con la inclusión y la participación activa del padre en el parto. “Parimos a Nina –su beba que hoy tiene cuatro meses- los dos juntos con mi marido y antes de que saliera, él ya estaba llorando", recordó Verónica.
Mientras aguardaban la llegada de Nina, Verónica y Sebastián se relajaban escuchando los temas de un disco que grabaron con el ruido del mar de las playas brasileñas donde estuvieron el verano pasado.


                                                                                               




¯  Reclaman la disminución de las cesáreas

La urgente disminución de las cesáreas innecesarias es el lema de este año de la Semana Mundial por un Parto Respetado que comienza mañana. La cesárea es una cirugía pensada para las complicaciones y las patologías. Sin embargo, muchas veces se realiza en mujeres que podrían dar a luz como manda la naturaleza. Parir en forma natural, de acuerdo a los tiempos fisiológicos y psicológicos de cada mujer, es un derecho que está contemplado en la ley nacional Nº 25.929.
"Una de las mayores epidemias son las cesáreas. Hay una tendencia a hacer desaparecer el parto natural. Cuando en realidad el cuerpo de la mujer se ha ido perfeccionando durante milenios para poder parir por esta vía. La sociedad nos ha llevado a rescindir nuestros derechos y nuestro cuerpo, además de la confianza en nosotras mismas", opina la médica obstetra y ginecóloga Cristina Giménez.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya en el año 1985 empezó a alertar acerca del incremento de las cesáreas en el planeta. "Desde aquel momento hasta ahora lejos de bajar el número de estas operaciones ha ido aumentando", agrega la especialista.

¿Cuándo es necesaria la cesárea? La profesional explicó que es necesaria cuando existe una patología que impide que el bebé nazca por la vía natural, como por ejemplo placenta previa, cuando hay una enfermedad previa de la madre o del bebé que hace que el trabajo de parto se transforme en sufrimiento para ambos y cuando hay niveles incontrolables de presión arterial alta en la madre, entre otros motivos.

"Existe el mito de que el bebé nace más lindo y sufre menos, cuando en realidad supone un alto costo emocional y físico para ambos", explica la profesional.

Otro de los conceptos que para Giménez no es adecuado es la creencia de que la cesárea es una cirugía rápida, sencilla y que no trae problemas, cuando se trata de una cirugía mayor.

Algunas de las ventajas de un nacimiento por la vía natural son que el recién nacido no tiene dificultades respiratorias al enfrentar la vida aérea (que sí las puede tener, en forma transitoria, cuando nace por cesárea) y la recuperación de la madre es más rápida.

En el artículo 2 de la ley nacional Nº 25.929 sobre los derechos de padres e hijos durante el proceso de nacimiento, promulgada el 25 de agosto de 2004, está incluido el derecho al parto natural, respetuoso de los tiempos biológicos y psicológicos, evitando prácticas invasivas y suministro de medicación, que no estén justificados por el estado de salud de la parturienta o de la persona por nacer.
Para la especialista tampoco es correcto pensar que luego de una cesárea la mujer no puede pasar por un parto natural. Algunas sí lo consiguen.

De hecho Giménez asistió hace pocos meses a una mujer que tuvo su tercer hijo por la vía natural, luego de haber pasado por dos cesáreas.
Se trata de Patricia Maciel, líder de la Liga de la Leche, quien fue mamá el 30 de diciembre pasado de una niña llamada Fiamma.
“La OMS dice que independientemente del número de cesáreas que tenga la mamá, siempre es mejor el parto natural”, agrega Patricia.

Vínculo más cercano

“Siento que el vínculo afectivo con Fiamma es distinto, más cercano. Sé qué necesita en cada momento”, cuenta la mamá de Fiamma. Cuando Patricia tuvo a su hija mayor no se la mostraron luego de la cesárea y a su segundo hijo se lo mostraron, pero se lo llevaron enseguida. “Tuve la sensación durante mucho tiempo de que me habían cambiado a Agustín”, agrega. Para Giménez la forma de nacer imprime sobre el recién nacido una marca. “Si se lo separa inmediatamente de su madre, el bebé sufre esa separación. El pequeño nace preparado para continuar cerca de su madre”, dice la especialista. En general se lo separa rápidamente de su mamá para la realización de estudios de rutina.

Lo más íntimo

La especialista recalca: “El embarazo no es una enfermedad. Y el parto natural no es una tragedia que está por ocurrir. Es lo más íntimo, suave y sencillo que puede vivir una mujer, cuando se le permite vivirlo, sin invadirla con protocolos y medicación innecesaria. Cada mujer tiene derecho a elegir cómo, dónde y con quién quiere parir”.
Algunos consejos de Giménez para transitar por el embarazo y parto en forma saludable son dormir bien, comer adecuadamente, realizar actividad física con la supervisión de profesores especializados, evitar el estrés, asistir a todos los controles médicos, confiar en la naturaleza y en sí misma, y hacer una elección adecuada del profesional que la va a asistir.


   

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